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Fauna y Flora

    Las cárceles, prisiones y establecimientos penitenciarios, en general, tienen su "FAUNA Y SU FLORA" como las tienen las selvas africanas y todos los países del mundo.
    Hay -en dichos establecimientos, estando poblados- monos (azules, pardos, kaquis, plomo...), hay chinches, piojos, pulgas, ratas, ratones, cucarachas, arañas y arácnidos (el microbio arador de la sarna suele abundar), felinos -algún gato o gata- que, con enarcamiento de lomos y caprichosos rabeos, deambulan silenciosos en peregrinación de vigilancia o aburrimiento.
    "Cerdos" hay muchos, en proporción excesiva al número de habitantes; y producen derivados del cerdo -el "chorizo"-, también lo hay, como después se verá. Esto en cuanto a la fauna con algunas omisiones, sin incluir en ellas el "chivato". Respecto a la flora, suele haber parras entecas (que no echan fruto o lo echan muy ruin); musgo y líquenes, por los tejados umbrosos y sombríos; hierbajos, "cenizos", etc., etc.
    El "chorizo", el "chivato", el "cenizo"... Vayan las apologías -tal vez depresivas- de los tres.

CHORIZO

CHORIZO.- Pedazo corto de tripa lleno de carne picada.
En "germanía" o jerga de gitanos y rufianes,
ladrón. (Diccionario de la Lengua).
Se suele llamar "chorizo"
en el decir carcelario
a aquel que algún robo hizo
o es réprobo carcelario.

Réprobo porque, alevoso,
sin necesidad, mató
-digno caso de Lombroso-
o, sin fundamento, hirió.

Delincuente con bajeza,
tipo, de mala ralea,
que, ostentando su guapeza,
incendia, mata, saltea...

Hombre sin morales bases
a quien se le da de lago,
diciéndole: -¡Aún hay clases!
-y se marcha uno asqueado.

CHIVATO

CHIVATO.- Chivo joven (Chivo: macho cabrío).
En germanía, soplón, persona que acusa en
secreto (D.R.A.E.).
No tiene tilde ni tacho
que a un joven preso cualquiera,
chivato se le dijera,
porque, aunque joven, es macho.

Pero llamarle chivato
al que a los demás traiciona,
es como llamarle mona
a una lechuza o a un gato.

El que se "chiva" es traidor,
y los presos compañeros,
lo detestan, altaneros,
y lo miran con rencor.

El ser llamado "chivato",
ha de ser por grave ofensa:
y el que lo llama, en defensa
debe estar, contra arrebato.

Pues a uno se reconvino:
-¡No toques tanto el silbato!
-y al entender él, chivato,
se arrojó como un felino.

Y hubo que explicarle, a bulto,
que silbato es de silbar;
algo así como pitar,
y no ningún grave insulto.

Hechos que, a su vez, explican
de la cárcel la moral:
aquí al que procede mal,
si pueden, lo crucifican.

CENIZO

CENIZO.- Planta que nace en los estercoleros
y tierras viciosas (D.R.A.E.).
En términos carcelarios,
cenizos, suele llamarse
a los que son refractarios
de "bulos" a contagiarse.

-¡Ya ha llegado Juan Tercero!
noticia un advenedizo;
y al que le dice: -¡Embustero!,
él le replica: -¡Cenizo!

-Va a formar gobierno Azaña-
dicen en un pasadizo;
y al que lo estima patraña,
vuelve la espalda y...-¡Cenizo!

-Puede que venga Negrín,
de París, escurridizo-;
a uno que arguye: ¡Tilín!,
le increpan: -¡Oye, cenizo!...

-Se proyecta una amnistía-
alguién comenta quedizo;
y al objetar: "No hay tu tía",
murmuran: -¡Vaya un cenizo!.

-Prieto se encuentra en España,
coloradote y rollizo-.
Tímido el que lo oye: "Se engaña..."
Terrible el que habló: ¡¡Cenizo!!

-Saldré pasado o mañana,
pues yo aquí no me eternizo-.
Irónico: "Tendrás gana!..."
Provocativo: ¡¡Cenizo!!

Y la existencia copiosa
del "cenizo" carcelero,
da fe de "tierra viciosa"
o, de bulos, semillero.

PICORES

Sentados en los jergones,
prendas de ropa mirando,
van parásitos cazando
los presos en las prisiones.

Son enemigos taimados
que se ocultan sigilosos,
y luego extraen codiciosos
la sangre de los penados.

Hay que darles la batalla,
porque, aquel que no lo hace,
en picores se deshace
y tranquilidad no halla.

Mas otra "prenda" tenemos
de inmenso valor: el alma,
que, con atención y calma,
conviene que examinemos.

Pues en sus profundos senos
hay enemigos taimados:
'leves' y "graves" pecados
de que suelen estar llenos.

Destrúyanse, con paciencia,
empleando, para ello,
como específico bello,
el examen de conciencia.

El dolor de corazón,
propósito de enmienda
-y para que bien se entienda-
clara y total confesión.

Cumplida la penitencia,
¡qué descanso llena el alma;
con qué arrobo y con qué calma
se desliza la existencia!

Si nos llega eterno sueño,
no habrá picores en él;
nos lo garantiza AQUEL
que de vida y muerte es dueño.

PURIFICACIÓN

Como aquí en nuestra prisión
se escalda la ropa sucia,
me ha dado ésta una lección
con habilidad o astucia.

Muchas prendas, infinitas;
lamentos, imprecaciones,
exposición de hondas cuitas
y largas murmuraciones.

-¡Que nos hagan escaldar!...;
¡sumergir en agua hirviente...!
¡¡No se puede tolerar,
por ello es impertinente!!-

Así decía altanera,
en protesta arrebatada,
una camiseta, que era
el líder de la manada.

-Bueno, si fuera eso todo...;
mas con jabón te saturan
y de este perverso modo
todos los poros obturan-.

Saltaron los calzoncillos,
de tan renegridas trazas
que estaban los pobrecillos
para coger con tenazas.

-¡Sí, sí, pero ello no basta!
-zumbona dijo otra prenda,
que estaba en una canasta-
quien me escuche, que me entienda.

Te dan cáustica, lejía
te restriegan, te golpean
te meten en agua fría,
te retuercen, te solean...

-¡Alto!- cortó la camisa,
cual consumada maestra-;
oíros produce risa,
ya que de estultez dais muestra.

Pues no comprendéis, cuitadas,
la limpieza y la hermosura
que brotan de las lavadas,
al devolvernos la albura.

Si todo, al fin, da limpieza,
lo debemos aceptar,
sufrirlo con entereza
y dejar de murmurar.

Privadas de esa blancura,
en asqueroso montón,
iríamos.... a la basura,
sin tener apelación.

Sabia camisa, que así
te expresas razonadora,
¡cómo has influido en mí
con tu opinión persuasora!

Le plugo al Sumo Hacedor
lavar a España y lavarnos
y escaldados "con dolor",
de faltas purificarnos.

Gran merced la que nos hace:
esta purificación,
nuestra suciedad deshace
para entrar en su MANSIÓN.


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